viernes, enero 12, 2007

Y tuvimos nuestro Domingo-Siete……………


Se gestó por allá, a comienzos de Diciembre, en la casa de Emita en el día de su cumpleaños. Antes, es necesario recordar que con motivo de la organización del 6º encuentro, el comité Penquista sesionó “cada primer viernes” de los meses que precedieron a ese memorable día de Octubre, práctica que en honor a la amistad y a la camaradería, se hizo habitual y posteriormente continúo ejerciéndose en nuestro cohesionado grupo. Había pues que fijar la sede y el día de nuestra siguiente reunión que coincidiría con la primera del 2007.

Verito Viveros, haciendo suya una propuesta de su distinguido Padre, no tardó en ofrecer su casa, pero esta vez, “su casa de campo”, ubicada en Los Angeles, lugar cercano al Salto del Laja…. La fecha se definió de inmediato… Las chiquillas, a excepción de la Glorita V. que tenía otros planes en mente, reaccionamos con júbilo : Tendríamos por fin! nuestro “domingo-siete”… acto seguido, confirmamos nuestra asistencia de inmediato!.. Los muchachos, sólo se miraron y empezaron desde ya a elaborar alguna inaudita estrategia que les permitiera ausentarse de sus “templos” de descanso, un domingo completo!...se la pusimos dura (la prueba) chiquillos, lo sabemos, pero así es la cosa, en la cancha se ven los gallos… y sí que se vieron…

Con gran impaciencia, esperamos la llegada del gran día…con impaciencia pero felices, contentas y satisfechas ya que tendríamos como compañía una ilustre visita del capítulo Santiago… Luchito Triviño, en efecto fue además el primer varón en confirmar su asistencia; no estaríamos solas…

Ya era sábado 6 y de los muchachos?, na’ni na: , al parecer, aún estaban en la etapa de las estrategias; estrategias que finalmente rindieron sus frutos y posibilitaron la concurrencia de los buenos Castrito y Cacá…

Nos convocamos a partir de las 9:30 horas en un punto común y desde allí partimos, cual paseo de escolares, felices a nuestro destino…

La primera parada fue en el Salto del Laja: Aquí ya nos correspondía hacer… nuestra primera sesión de fotos… mal pensados, creyeron que diría “pipí”, aunque bueeeeno, aprovechando la parada y teniendo en consideración que 100 km son 100 km! y a estas alturas no hay próstata ni vejiga que lo resistan, los muchachos se arrimaron al primer arbolito que pillaron y las chiquillas nos achulluncamos donde pudimos…

Además y como se observa en las fotos, Emita consideró que para que el “paseo fuera paseo”, no podían faltar los huevos duros y ella nos auspició con el cocaví correspondiente… mmmm huevitos frescos de gallinas solteritas y muy de su casa….

Bien, cumplida esta tradición de los paseos de la tercera edad: miar, comer huevitos duros, y sacarse fotitos para la posteridad, la caravana se enfiló hacia la etapa final de nuestra aventura……

Las indicaciones eran claras y precisas; Verito se había ido el día anterior anotando hasta el kilometraje de los hitos que señalaban el destino….pero la ansiedad y los letreros del camino nos jugaron una mala pasada; desde uno que decía “Dicahue y algo más”, doblar hacia la izquierda y de allí, a 600 mts. está la casa…Chuchas!…, 600 mts no son tanto y la casa no aparece... devolvámonos al letrero; midamos más mejor… 600?, no serían 6000?... avancemos otro poquito, preguntémosle a es Sra. Que viene ahí.. no!, mejor llamemos a la Verito….parece que nos perdimos…Finalmente, un poco la Señora, un poco el sentido común nos permitieron comprender que nuestras ansias por llegar nos habían confundido de letrero y la cosa era un poquiiiiito más pa’rriba…

Los abrazos y la calidez de la recepción nos convencieron de que cualquier contratiempo en el camino bién valieron la pena : estar allí, sentir el aprecio de la Verito, el afecto y la alegría de su padre y sobrinas, era una sensación invaluable; nos sentimos tan queridos, tan esperados, tan agasajados, que de verdad nos sentíamos sorprendidos y sin saber como expresar nuestro reconocimiento y gratitud por lo que estábamos viviendo....

Emita lo relató de esta manera en un mail enviado a Gustavito; (a él le falló la estrategia para el permiso) :

“Siento, que no hayas podido ir al paseo, lo pasamos "Chancho", la verdad que el lugar es súper lindo, tiene hartos árboles frutales y vegetación con árboles nativos.

Tanto la Verito, su Papá y las sobrinas de ella (3), nos atendieron como reyes, te echamos de menos.

Partimos con un cóctel de la "Bebida Oficial", con tortillas de rescoldo, quesillo, ponche de fresas y bebidas varias. Salimos a dar una vuelta por el campo, mientras ardía el fuego para el asado. Demás está decirte que nos sentamos a comer y beber y no nos paramos hasta que nos vinimos. Todo muy de campo y exquisito.

Quedamos invitados para otra vez, pero con alojamiento, para que te prepares!!.

Los asistentes fuimos 6, entre ellos Canales, Castrito, Viviana, Andreita y Luis Triviño.”

Luis por su parte, a todos los asistentes, lo que sigue :

“Gracias por el maravilloso día de ayer, fue único como hace mucho no disfrutaba, compartir con grandes amigos me dio mucho gusto; verlos radiantes, alegres, relajados, más que acogedores, etc., fue incomparable….

En especial – Verito – quiero agradecerte a ti por darnos la oportunidad de compartir con tus maravillosas sobrinas y por cierto - la guinda de la torta – tu papá. Íbamos a compartir entre amigos y nos encontramos con la grata sensación e inmensa alegría de compartir en familia, aún con la falta de alguien tan importante como lo es tu madre; pero estoy seguro que ella estaba allí….”

Castrito y Canales también quisieron decir algo, pero no pudieron… es que con la “boca llena no se aula”… y qué manera de tenerla ocupada eh?...

Como decía Emita, ningún detalle se descuidó; un fino gesto del papá de Verito el de esperarnos con “Chupilca” como aperitivo, chicha de la casa, dulcesita, precisa pa’la chupilca, o tinto si preferíamos (yo me quedé con la chicha), la harina tostada tampoco era “cualquier harina”, era una mezcla deliciosa de trigo y avellanas, recién tostada, fresquita… la que no pudimos servirnos allá, nos la trajimos… ahora me da vergüenza, pero lo volvería a hacer…. Tortillas de rescoldo, crujientes, calentitas; directo del rescoldo a nuestra mesa; chancho en piedra; ponche de fresas; huevitos de campo; quesillo de la casa….qué barbaridad…

Luego vino el asado, y aquí un paréntesis, imposible no reconocer el mérito del “hechor”; nuestro ilustre visitante L.Triviño, metros de longaniza, corderito, vacuno, deliciosos por igual, “güena mano compañero”… Lechugas, porotitos verdes y tomates del invernadero, fueron la comparsa perfecta para tanta proteína… y más tortillas de rescoldo, y más chancho en piedra… ¡¡Qué hemos hecho para merecer esto!!, parecíamos decirnos con la mirada, pero no, no había palabras, sólo risas y salú compaire!.

Así, entre ponche’s, Wisky’s y enguindado’s, transcurrió la maravillosa tarde… Viviana y yo sacamos la cara por el grupo todo; no incluyo a Trivi, que él ya hizo lo suyo en el asado; el resto fue cayendo uno a uno; la primera fue la Emita; hubo que ir a acostarla, era una maldad dejarla tirada debajo del ciruelo;

Canales y Castro se acomodaron ahí mismo bajo el parrón; nosotras en cambio nos mantuvimos firmes, dignas, y bastante sobrias para la ocasión…. Los otros después, ya repuestos, aclararon que una “mona bien dormida vale más que mil palabras…”

será…

Será hora de irse?, preguntó alguien….nooooo, ahora hay que tomar once replicó la Verito…

Once??, noooo, imposible, ya no podemos seguir comiendo, no puedo más, pero… bueno ya!!... y pudimos, aunque parezca mentira, todos pudimos!... un tecito no nos vendrá nada de mal, aunque sea con más tortillas de rescoldo, palta, quesillo, tomate, kuchen, mermelada… que barbaridad!

A una hora menos que prudente y no sin la insistencia del dueño de casa para quedarnos hasta el día siguiente y todos los que quisiéramos, decidimos unánimemente en un improvisado cónclave, que por tratarse ésta de nuestra “primera visita” debíamos dejar una “buena impresión”….. Para otra vez será tío dijo la Vivi, ahora, de verdad, “tenimos que irlos”; la próxima semana si quiere podemos volver….

La generosidad de nuestro anfitrión daba para eso y mucho más, daba no sólo para acogernos a nosotros, más Vicente, más Rodolfo, más Gustavo, más la Glorita Vidal, más Araucano, más… más toda la Checalecalón….

El regreso fue plácido y con la Verito encabezando la comitiva, no hubo posibilidades de perder el rumbo. Terminó nuestro día de campo allí, en la casa de Emita con un reponedor café con “sacarina” para despedir a nuestro Trivi que debía seguir de viaje hasta Coelemu…

Y así, tuvimos nuestro Domingo-Siete…

Envidiable, les parece?

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Los Ángeles, Domingo 7 de Enero de 2007.-